CorsariaBlog

10 de Marzo de 2007

Las ciudades y las prisas

Una de esas cosas que me llaman la atención de las ciudades son las prisas. Siempre que estás en la calle notas que la gente va siempre corriendo de un sitio a otro. Lo observé esta semana en una concurrida plaza, todo el mundo corría a su destino. Nadie iba despacio.

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Gijón. Autor: Ex-novo Ver en grande. Licencia: By Nc 2.0

Me imagino que por la hora, era el final de la tarde, iban a casa. Aunque a primera hora sucede lo mismo, todos corren al trabajo, a llevar los niños al colegio o hacer cualquier cosa. Las ciudades son como enormes hormigueros donde siempre hay gente corriendo de un sitio a otro.

Sospecho que en las urbes más grandes la cosa será aún peor. A mayor tamaño más distancia para ir al trabajo. Por lo tanto más prisas aún. Es la esclavitud del reloj. Siempre se está al servicio de los horarios, queriendo llegar sin demora a todos lados.

Creo que la calidad de vida de las personas que viven en ciudades, en ciertos aspectos, no es nada buena. Con lo bonito que es la tranquilidad y hacer las cosas despacio. :)

A todo esto os dejo una cita referente a San Francisco, leída en Folksonomy:

El hecho de que cada pocos años haya un gran terremoto que amenace con cargarse la ciudad hace que por un lado la mayoría de las casas sean de madera (y preciosas) y que por otro haya un cierto sentido de levedad que hace que todo sea mas relajado, menos grave, más simpático y más divertido que en España en general. Es la tierra de los hippies, los beatnicks y de los primeros hackers. Los franciscanos siempre mezclan un sentido de temporalidad y espiritualidad en todo lo que hacen que merece ser vivido.

Curioso. :)

Entradas relacionadas:

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» Organizar el tiempo. Tarea imposible. ;)
» Pequeñas alegrías, de Hermann Hesse.
» Una foto muy bonita. Y otra más. Espero os gusten. :-)

Escrito por corsario | 10:22 AM
Comentarios

Ese paseo fue más especial de lo normal. Durante mi travesía por las calles de la ciudad,
La Luna me acompañaba en mi paseo por la ciudad, iluminando cada calle, cada rincón de este pueblo que me ha albergado durante algunos años de mi vida. Algo extrañada, me detuve frente a una casa. A simple vista no tenía nada extraño o diferente a las otras. Aunque al rato pude observar que desde una de sus ventanas, “emanaba” hacia el exterior una fuente de luces de colores que se dirigía al cielo estrellado.
Picada por la curiosidad decidí entrar en ella, y descubrir que era eso. Mi sorpresa fue cuando mire por la ventana, y era yo la que estaba escribiendo “luces de colores”...

En nuestro trayecto al trabajo, al supermercado, a casa, observa como fluye la vida…

y como hasta ahora… sigue compartiendo colores para que los demás puedan verlos.

Escrito por Zolsaihan | 10 de Marzo de 2007 - 01:29 PM

Muy bonita y profunda tu reflexión Zolsaihan. :)

Escrito por corsaria | 10 de Marzo de 2007 - 02:33 PM

Vivir plácidamente entre la premura y el bullicio, y pensar en la paz que se puede hallar en el silencio.
El mundo, a pesar de todas sus simulaciones, de su tráfago y sus sueños frustados....es hermoso.

Escrito por nora | 10 de Marzo de 2007 - 03:12 PM

Es curioso el contraste, cuando llegas a la ciudad desde un medio rural, donde lo que impera, por encima de cualquier cosa, es el silencio y la calma.
Los que elegimos vivir de esta última manera, estoy completamente de acuerdo contigo, tenemos una calidad de vida de la que, de ningún modo, disfrutan los que pasan sus días y sus noches en las ciudades. Pero no siempre se puede elegir, y ahí está la perversidad de la diferencia.

Me encantó, aun con prisas, verte, de refilón, entre semana.

Un beso tranquilo y sosegado. Y en silencio. :)

Escrito por amanda | 10 de Marzo de 2007 - 04:27 PM

Ese es el reto Nora, encontrar el silencio y la tranquilidad en medio del bullicio. :)

Amanda: Es perverso no poder elegir, aunque quizás más aún, no conocer lugares de esos tan especiales donde reina la calma y el silencio. ;)

Mmm fue una visita sorpresa. :P Un beso. :)

Escrito por corsaria | 10 de Marzo de 2007 - 07:14 PM

Yo creo que tambien va con la edad. No creas que hace unos años no me hubiera atraido la idea de trabajar durante un tiempo en una ciudad grande y poder disfrutar de todas las opciones de ocio que proporciona. Eso sí, hoy en día, aparco en la calle en la puerta de casa (lo más lejos que tengo que aparcar es a 50 metros de la puerta), llego al trabajo en 15 minutos y tambien aparco en la puerta. No se, ya no me acostumbraría a tardar en torno a una hora para ir hasta el trabajo. Y tampoco es que viva en una ciudad pequeña. Toda mi vida he vivido en una ciudad de unos 140.000 habitantes (Cádiz) y ahora vivo por la zona de Estepona (60.000 más todo lo que viene en verano :D).

Echo de menos el tener más a mano obras de teatro, conciertos, etc. Pero, por otro lado, el tráfico de las grandes ciudades me ataca a los nervios.

Escrito por Lolo | 11 de Marzo de 2007 - 11:16 PM

A mí el otro día me pasó algo parecido, había quedado con una amiga en un centro comercia de la ciudad, de camino hacia allí (siempre voy tarde), tuve un momento de deleite personal, el sol en mi cara, el parque tan verde y lleno de margaritas, la iglesia de San Julián de los Prados tan bonita, los niños jugando, la gente paseaba, y me dije a mi misma: "a veces tienes que parar, fuera prisas, fuera agobios, fuera trabajo", disfruta más de los pequeños detalles que tienes alrededor que aunque pasen desapercibidos te dan unos buenos momentos de paz y reflexión personal.

Escrito por Meli | 12 de Marzo de 2007 - 02:31 PM

Lolo: coincido, lo peor es el tráfico, las prisas y el estrés que conllevan. :)

Meli: ¡¡Conozco esa iglesia!! es un sitio precioso para estar cuando hace buen tiempo. :)

Escrito por corsaria | 13 de Marzo de 2007 - 12:45 PM

Yo vivo en la perifería de Barcelona, pero paso la mayor parte del día en el centro porque trabajo allí, desde que me levanto hasta que me acuesto todo es ir con prisas, a primera hora ya corro para no perder el autobús, luego sigo corriendo para que no se me escape el tren, sigo corriendo porque el tren se ha retrasado y son más de las nueve, el trabajo es con prisas y estrés porque "todo es para ante ayer", salgo a comer corriendo porque tengo que volver y seguir trabajando con esos asuntos que eran para hace dos días, salgo y vuelvo a hacer el camino de vuelta corriendo para coger el tren, luego el autobús, coger la bolsa del gimnasio, claro luego allí de calma nada, la clase es acelerada, después corres para no hacer cosa en las duchas, luego otra vez porque tengo cosas que hacer en casa y ya a última hora también a hacer todo deprisa porque es tarde hay que acostarse y mañana otra vez vuelta a empezar. Sí es estresante total. Muchas veces he odiado este ritmo, pero al final te acabas acostumbrando. Los catalanes suelen decir mucho eso de " vinga anem per feina" que viene a ser algo así venga déjate de rollos y ponte a trabajar o hacer lo que tengas que hacer y no te quedes parado.
Cuando los de las grandes ciudades vamos a zonas más tranquilas siempre decimos oh qué lujo, que gozada, que tranquilidad, que paz, pero si vamos a comer, a tomar algo, etc y nos atienden con calma nos estresamos y nos ponemos nerviosos XD No sé creo que igual en un mes ya estamos hartos de esa tranquilidad o quizás es al revés y terminamos habituándonos.

Escrito por Avería | 16 de Marzo de 2007 - 01:20 AM

Lo has reflejado muy bien Avería. Más o menos es así en todas las ciudades. Lo peor lo el transporte, cuanto mayor es la ciudad más tiempo se pierde entre viajes de casa al trabajo y al revés.

Creo que no es difícil habituarse a la tranquilidad. Claro que con lo cortitos que son los descansos y vacaciones, cuando le has cogido el truco al ritmo tranquilo, ya toca volver a trabajar. :/

Es difícil llevar un ritmo así en la ciudad, pero bajar un poquito el estres igual sí. :-=

Escrito por corsaria | 16 de Marzo de 2007 - 10:49 AM

A ver Gijón "mola" pero no tanto cuando lo único que ves de Xixón es el Alsa de las 7 y veinte para viesques. Si es que hacemos mucho ruído. Tranquilidad, poca!
Suerte que tengo que en Salinas se está como Dios oye, intentar oír una pega a las ocho de la mañana en medio de Gijón (a lo mejor...)

Escrito por Sergio Alvaré | 24 de Marzo de 2007 - 01:03 AM
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