Lo sé...

Constantes vitales bajando, sombras en la habitación.
La pesadez de la larga decadencia, pensaba mientras
miraba al espejo.

Resonando en la mente, palabras ya viejas de cuando
era un proyecto de persona. No es que ahora fuese
esa persona, sino que el tiempo todo lo difumina.
Tener esperanzas es una táctica equivocada cuando
la realidad se muestra inclemente.

Fairbanks (Alaska) Créditos: John J. Sánchez
Ver tamaño grande.

Y aun seguía teniendo esperanzas, esperanzas de ser
feliz, y en soñar con nuevos mundos.

Bajando la pendiente, subiendo otra vez, el frío gélido
de la desilusión penetrando por todos y cada uno de
los poros de mi piel.

La turbia impresión de que las cosas son como tienen
que ser forja un pensamiento irreal pero coincidente
con lo que sucede.

Minutos, horas, días, meses, años, y sueños que
deslumbran con su belleza en las noches oscuras, en los
momentos en que la mente queda libre de los quehaceres
diarios. Sueños, mas sueños, razones y sentidos.

He visto el mar rompiendo, la luna reflejada y te he
visto a ti. A ti que contemplabas tu rostro cansado en
el vidrio de un escaparate.
Una sombra, una canción, y un reguero de cosas
nunca dichas. Lo sé, repetía una voz mental en mi
cabeza.

La rebelión interminable de lo no controlable,
sembrando de incertidumbres la vida.
Las lágrimas que nunca salieron, contenidas...

Lo sé.